23 Oct ¿Por qué da susto usar métodos naturales para administrar la fertilidad?
Dr. Manuel Donoso O. Gineco-obstetra.
Si bien hay literatura médica consistente en asegurar que la probabilidad de embarazarse luego de un año de uso, en parejas que utilizan el registro de fertilidad para espaciar los hijos es de alrededor de 6 en 100 usuarios, sabemos también que hay mucha desconfianza en que esta manera de intentar espaciar la venida de un hijo sea eficaz.
Todos conocemos parejas que señalan haberse embarazado sin intentarlo usando el reconocimiento del período fértil femenino y sentimos que en realidad la efectividad de este método es menor a lo publicado.
Por lo tanto es importante clarificar algunos conceptos para poder entender este fenómeno.
En primer lugar hay un porcentaje no menor de usuarios que luego de haber recabado algo de información por internet, por intermedio de algún conocido, o luego de una consulta con algún profesional que los ha introducido en el tema, se sienten capacitados para usar este método para espaciar los hijos. El aprendizaje de métodos naturales debe hacerse de manera “profesional” con una instrucción que incluya el contacto con una instructora capacitada que permita acompañar a los usuarios durante al menos tres ciclos menstruales, lo que permitirá ir afinando la detección del período fértil y evitará la llegada de un hijo por desconocimiento de algunos conceptos claves que influyen en la eficacia este método.
En segundo lugar es necesario tener en cuenta que la decisión de tener o no un hijo generalmente no es tan clara. Es frecuente encontrar parejas en las cuales hay más razones para embarazarse que no hacerlo o viceversa, pero la decisión no es 100% en uno u otro sentido. Es posible también que al interior de un matrimonio uno de los dos miembros tenga más o menos intención de embarazarse que el otro. Estas discrepancias sutiles hacen finalmente tomar la decisión de tener relaciones en el período fértil, habitualmente al inicio o al fin de la ventana fértil, ya que existe la percepción que no habrá un embarazo debido a que la probabilidad es menor en este tiempo. Si bien es efectivo que la probabilidad de embarazo es menor en los extremos de la ventana fértil,
si la intención es no embarazarse, para efectos prácticos debe considerarse que “siempre que tenemos relaciones en el período fértil, independiente de que estemos lejos del día de la probable ovulación, estamos usando el método de la ovulación para embarazarnos”.
Por último, hay que tener en cuenta algunas situaciones donde es posible embarazarse sin intentarlo aún cuando hayamos seguido todas las reglas de uso del método. Estos puntos débiles son cuatro.
El primero de ellos es la salida de la lactancia. Las parejas se asustan mucho de tener relaciones durante la lactancia siendo que en este período la probabilidad de embarazarse es de 1% o menos en el entendido que la lactancia sea exclusiva, el recién nacido tenga menos de 6 meses y no se haya producido la primera menstruación. Si la mujer además sabe reconocer el período fértil, si éste se llega a producir será factible identificarlo. El problema surge cuando se disminuye el número de mamadas al día, ya que en algunas ocasiones se producen intentos ovulatorios que se manifiestan por una aparición, a veces sutil, de signos de fertilidad seguidos de días infértiles y es éste el período en que es más factible embarazarse sin buscarlo. En estos casos hay que optar entre períodos más largos sin tener relaciones y la posibilidad de suspender la lactancia para que el ciclo menstrual vuelva a la normalidad.
La segunda situación donde es factible embarazarse sin buscarlo es al inicio del período fértil. La clave en la detección de la ventana fértil es detectar dos cambios en relación a la sensación que produce el moco fértil en los genitales externos femeninos.
El primer cambio indica el inicio de la fertilidad y el segundo cambio, que llamamos el día peak, indica el día de la probable ovulación. El día peak es relativamente fácil de detectar ya que es más evidente. El inicio de la fertilidad es más sutil y, por lo tanto, más difícil de detectar. Es aquí donde en ocasiones tenemos relaciones que terminarán en un embarazo no buscado.
Una buena estrategia para limitar esta situación es determinar a priori cuándo debiera iniciarse la fertilidad. En mujeres que aún no comienzan a detectar el período fértil podemos calcular el inicio de este período restando 20 a los días que dura el ciclo menstrual. La duración del ciclo menstrual se calcula desde el primer día de menstruación evidente hasta el día previo a la siguiente menstruación. Así entonces en una mujer que tiene ciclos menstruales de 30 días, el inicio de la fertilidad será el día 10 (30-20) o en otra con ciclos de 26 días, este día límite será el 6. Es necesario señalar que lo que marca biológicamente el inicio de la fertilidad es la sensación fértil. Si esta se produce antes de la fecha puesta arbitrariamente, debe considerarse la sensación fértil, percibida por la mujer, como el día límite para tener relaciones si es que se está intentando evitar un embarazo. Si llegó el día del ciclo establecido previamente como día límite y aún no aparecen signos de fertilidad, nuestra recomendación es no tener relaciones luego de ese día. La fertilidad aparecerá uno o dos días después y la efectividad del método de la ovulación aumentará. Luego de algunos ciclos menstruales la mujer podrá determinar cuando comienza habitualmente su período fértil y establecer “biológicamente” un límite en el inicio de la fertilidad.
Una tercera situación en la cual hay más probabilidad de embarazarse sin buscarlo es frente a ciclos “raros” donde no hay signos de fertilidad evidentes y ya estamos en un momento del ciclo en que debieran haber aparecido las manifestaciones de la fertilidad.
Esto ocurre ocasionalmente y puede deberse, entre otras cosas, a un período de stress o a una infección vaginal u otra causa que dificulte la detección de la ovulación o interfiera con el desarrollo del folículo dominante que terminará por romperse al producirse la ovulación. La recomendación es consultar a un médico que entienda de métodos naturales y clarificar esta situación antes de volver a tener relaciones sexuales.
Por último, el sólo hecho de no llevar un adecuado registro de la fertilidad es un factor que aumenta la probabilidad de embarazarse. Existen cartolas impresas y aplicaciones para equipos móviles que permiten llevar este registro. En PROCEF estamos trabajando para desarrollar una aplicación que se adecúe a nuestra enseñanza del método de la ovulación y que permitirá mantener contactados al hombre y la mujer en el registro de su fertilidad.
Finalmente, estamos seguros que esta herramienta que permite detectar nuestra fertilidad está al servicio del amor y la felicidad matrimonial, pero esto no llega por añadidura. Es necesario comprender que la pausa que da el período fértil es una tremenda oportunidad de vivir de una manera distinta nuestra sexualidad, valorar la fertilidad y volver a añorar ese encuentro matrimonial que se producirá nuevamente luego de la ovulación. Tenemos que tomar conciencia y trabajar por ello en cada ciclo menstrual.