Lamentablemente las campañas de planificación familiar promueven la anticoncepción, y la mayoría de los llamados métodos anticonceptivos, como los anticonceptivos orales, los anticonceptivos de emergencia (“píldora del día después”), los anticonceptivos inyectables, los implantes anticonceptivos y los dispositivos intrauterinos, pueden impedir la implantación en el útero de la madre de un embrión humano de unos 5 a 7 días de edad. Esto da como resultado la muerte de un número incalculable de pequeños seres humanos.
Los programas de planificación familiar promueven abiertamente el aborto, la homosexualidad, la inseminación artificial y el control de la población. Por otra parte, suelen rechazar los valores morales, afirmando que el bien y el mal deben ser decididos por cada individuo.
Respecto a la educación de los niños, estos programas niegan la verdad y el significado de la sexualidad humana. Esta educación pervertida rompe las inhibiciones naturales. Como resultado, se observa un aumento de la demanda juvenil por métodos para el control artificial de la natalidad y el aborto. A largo plazo, este tipo de educación genera ciudadanos que apoyan sin cuestionarse las medidas de la agenda de planificación familiar de los gobiernos.
Texto inspirado por American Life League, Inc.