¿Por qué no apoyamos el Acuerdo de Vida en Pareja?
El AVP busca legitimar legalmente la unión entre personas del mismo sexo, otorgándole un estatus de “matrimonio”. Sin embargo, el AVP contraría lo más propio del matrimonio: la procreación y el cuidado de los hijos.
Los pasos que siguen a la legalización del AVP son la procreación médicamente asistida y el alquiler de vientres de manera de permitir a estos falsos matrimonios tener hijos.
Entre lo que silencian quienes abogan por la legalización del AVP, está la necesidad psicológiga y emocional (no sólo “el derecho”) de cada niño de saberse engendrado de manera normal y de ser educado por un padre y una madre reales (no sólo “autopercibidos”), como la naturaleza lo dispuso desde siempre.
El peso de este argumento ha llevado a muchos homosexuales a oponerse al matrimonio gay con el fin de proteger el desarrollo del niño, sobre todo en la infancia.
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Para no usar sólo nuestras palabras, incluimos aquí las de activistas homosexuales franceses contrarios al AVP, expresadas en diversas entrevistas y actos públicos realizados durante este año (2013) ante la posibilidad de que se legalizara el matrimonio homosexual en Francia
“El derecho de los niños prevalece sobre el derecho a los hijos” era el eslogan de manifestantes como Jean-Marc Veyron, alcalde francés de Chasselas en Maconnais, homosexual, y que firmó a finales de 2012, junto con alrededor de otros 15.000 alcaldes, la petición ‘Alcaldes por la infancia’ para que se reconozca su derecho a la objeción de conciencia si finalmente se aprueba la ley.
“Como ciudadano homosexual, no me siento representado por las asociaciones LGBT. […] Lo ideal para el niño es crecer en una familia compuesta por un padre y una madre. […] La ley debe reconocer lo que es bueno y aconsejable y no animar a prácticas minoritarias. La ley debe proteger al más débil, el niño”, insiste.
Asimismo, Xavier Bongibault, ateo y líder del grupo ‘Plus gays sans marriage’ (‘Más gays sin matrimonio’), se manifiesta totalmente contrario al proyecto: “El estudio más serio realizado hasta ahora… demuestra de forma muy clara que un niño tiene problemas cuando es criado por padres homosexuales”.
Bongibault considera que “estamos secuestrados por una minoría de activistas sectarios que obligan a callar a la gran mayoría de homosexuales”. En declaraciones a Le Figaro, a finales de septiembre del año pasado, señaló que “eso hace imposible pronunciarse contra el matrimonio y la adopción sin temor a ser tratado de reaccionario o de homófobo por los militantes LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales). ¡Lo cual, en mi caso, es paradójico!”.
Otra destacada líder de un colectivo homosexual, Nathalie de Williencourt, una de las fundadoras de Homovox, una de las mayores asociaciones gays en Francia, en una entrevista concedida el 11 de enero al sitio web italiano Tempi.it manifestaba estar en desacuerdo con el proyecto de ley del presidente François Hollande.
En la entrevista hacía referencia a que la mayoría de homosexuales, incluida ella misma, no quieren ni el matrimonio ni la adopción de niños, “creemos que los niños tienen derecho a tener un padre y una madre, posiblemente biológicos, que ojalá se amen”.
“Si las parejas homosexuales adoptan niños que ya están privados de sus padres biológicos, entonces (los niños) estarían sin un padre y sin una madre por segunda vez”.
Y concluía argumentando que “la pareja homosexual es diferente a la heterosexual por un simple detalle: no podemos dar origen a la vida”.