LA CONFUSA CONTROVERSIA SOBRE LA CONFUSIÓN DE GÉNERO

LA CONFUSA CONTROVERSIA SOBRE LA CONFUSIÓN DE GÉNERO

Recientemente en Estados Unidos, un frenesí de respuestas de los medios estalló cuando el presidente Trump anunció planes para impedir que individuos transgénero sirvieran abiertamente en las fuerzas armadas de EEUU.

Bajo la administración Obama, las fuerzas armadas habían sido instruidas para transversalizar, afirmar y apoyar el comportamiento transgénero y permitir que tropas con confusión de género pudieran travestirse y compartir dormitorios, baños y regaderas con miembros del sexo opuesto.

Y mientras esto está siendo debatido acaloradamente en EEUU ahora mismo, es cierto que muchas naciones están luchando con ello también.

Debido al acalorado debate que ha estallado sobre este tópico, una cosa se ha vuelto abundantemente clara — existe una tremenda cantidad de desconcierto, acerca de la confusión de género.

ACLARANDO LA CONFUSIÓN, SOBRE LA CONFUSIÓN DE GÉNERO

En ambos lados de este debate ha sido insuficiente el reconocimiento de muchos de los hechos fundamentales relativos a cuestiones de identidad de género. (Ver el resumen de Family Watch International “16 Facts on Gender Confusion” (“16 Hechos sobre Confusión de Género”) para leer una extensa lista de estos importantes hechos que son frecuentemente ignorados.)

En principio, no existe evidencia científica en absoluto que respalde los muchos supuestos falsos y controvertidas ideologías de género que subrayen el impulso mundial de establecer nuevos “derechos” transgénero.

Y entre más se ahonde en esta contemporánea ideología de género, más confusa se vuelve.

Así es que, tratemos de enderezar algunas de las más populares teorías con “inclinación de género”.

Hecho 1: No existe evidencia científica en la afirmación de que algunas personas están atrapadas en el cuerpo equivocado.

El Dr. Lawrence Mayer y el Dr. Paul McHugh quienes recientemente condujeron una de las revisiones más intensas de la literatura científica relativas al transgenerismo concluyeron que la hipótesis base de este movimiento de “que una persona puede ser ‘un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer’ o ‘una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre’ – no es apoyada por la evidencia científica.”

Hecho 2: La confusión de género que causa extrema angustia emocional es reconocida como un trastorno mental.

De acuerdo con el Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales (DSM por sus siglas en inglés) de la Asociación Psiquiátrica Americana, cuando una persona está severamente angustiada sobre su confusión de género, lo cual afecta seriamente su habilidad de funcionar normalmente en sociedad, esto puede llegar a ser diagnosticado como Disforia de Género.

Activistas transgénero declaran a menudo que no es un trastorno mental la confusión de género que causa que una persona quiera “cambiar” su sexo o amputar sus genitales. Esto es…a menos que quieran que otra persona pague por su terapia hormonal travesti o por cirugía de “reasignación” de sexo.

Para obtener la terapia hormonal de “afirmación de género” o la cirugía pagada por el gobierno o el seguro, una persona debe ser diagnosticada con disforia de género. De otro modo, dichos procedimientos serían considerados tratamientos electivos o por elección.

La mayoría de la gente estaría de acuerdo en que, si una persona ha sido diagnosticada con un trastorno mental, en primer lugar, sería descalificada para entrar al servicio militar o habría motivos para despido médico.

Sin embargo, defensores transgénero están tratando de convencer en ambas maneras (v.gr. es un trastorno mental cuando es conveniente, pero no es un trastorno mental cuando no es conveniente), lo cual simplemente no tiene sentido.

Hecho 3: Las tasas de suicidio de la gente que se identifica como transgénero son mucho más altas que en la población general. Algunas estimaciones consideran que son altas, hasta de 30 – 45 por ciento.

Cualquier población de individuos con mayor riesgo significativo de suicidio que la población en general, debe ser, y a menudo lo es, descalificada del servicio militar. Individuos que son clínicamente depresivos, o experimentan trastorno bipolar o trastorno de ansiedad, no son elegibles para servir en la milicia.

Las tasas de suicidio son especialmente altas entre individuos que han tenido cirugía de reasignación de sexo. Por ejemplo, un estudio sueco encontró que la tasa de suicidio en pos-cirugía de transgéneros era 19 veces más alta que la de la población en general.

Esto enfatiza la alta tasa de fracaso de la estrategia de tratamiento, así como el profundo sufrimiento humano asociado con este fracaso.

Para conocer más acerca de aquellos quienes se han arrepentido de sus cirugías de reasignación de sexo, una excelente fuente es sexchangeregret.com elaborada por nuestro amigo Walt Heyer. Walt es ampliamente reconocido como experto en esta área. Él se arrepintió de su transición de varón a mujer y finalmente decidió vivir nuevamente como varón, después de ocho años de tratar de “ser” mujer.

También los estudios muestran que más del 60 por ciento de aquellos que sufren trastorno mental de disforia de género, también sufren de por lo menos otro trastorno mental.

Considere el siguiente resumen de los resultados de un extenso estudio, la Encuesta Transgénero en EEUU, elaborada en 2015 por el Centro Nacional para la Igualdad Transgénero, grupo de defensa de “derechos” transgénero.
Cincuenta y tres por ciento (53%) de encuestados USTS de edades 18 a 25 años reportaron que experimentan en la actualidad seria angustia psicológica [comparados con el 10% de la población en general].

Cuarenta por ciento (40%) de los encuestados han intentado suicidio de alguna forma en su vida, comparados con el 4.6% en la población en EEUU.

Cuarenta y ocho por ciento (48%) de los encuestados han pensado seriamente en matarse a sí mismos durante el año pasado, comparados con el 4% de la población de EEUU, y el 82% han tenido serios pensamientos de matarse a sí mismos en algún momento de sus vidas.

El 29% de los encuestados reportaron uso ilícito de drogas, consumo de mariguana y/o uso de medicamentos con prescripción no-médica durante el mes pasado, cerca de tres veces más que la tasa en la población de EEUU (10%).

Puesto de manera simple, individuos que están confundidos acerca de algo tan básico como su sexo biológico y que han estado tan consternados acerca de ello al grado de necesitar intervenciones de alteración de vida ya sea médicamente o psicológica debido a su condición (y debido a los trastornos mentales coexistentes que ellos puedan estar sufriendo) para mantener su salud emocional, no se encuentran en postura para llenar las demandas del servicio militar.

Hecho 4: Intervenciones médicas para afirmación transgénero (v.gr. hormonas y cirugía) son no sólo altamente controvertidas, sino que son caras.

Con respecto a transgéneros en la milicia de EEUU, la decisión del Presidente Trump puede ciertamente estar justificada aún sobre bases del costo.

Mientras que la decisión del Presidente Trump puede considerarse abrupta, vino después de una reciente enmienda fallida al Acta de Autorización de Defensa Nacional de EEUU que podría haber prohibido fondos de la milicia para cubrir caros tratamientos hormonales para transgéneros y cirugía de reasignación de sexo para personal militar transgénero.

Para expresar su decepción por el fracaso de la aprobación de esta enmienda, el Rep. Gohmert de Texas advirtió “Los costos médicos sólo por una cirugía de reasignación de género, pueden promediar hasta $130,000 dólares, incluyendo tratamientos hormonales de por vida, además de sus gastos generales y costos salariales por un mínimo de un período de dos años, cuando ellos están en un status no-disponible.

Él además explicó que “…el proyectado costo a 10 años será de $3-4 billones y que pueden ser usados para realmente defender nuestra patria y libertad. Ya que el proyectado costo es para el ejército, se vuelve como el lugar para tener cirugía de cambio de sexo con todos los gastos pagados, incluyendo comidas y habitación.

Si esto fuera cualquier otra condición médica ¿consideraría siquiera el gobierno de EEUU subsidiar dichos predecibles y costosos tratamientos utilizando dólares militares?

El despliegue de personal militar transgénero está comprometido porque los continuos tratamientos hormonales que son requeridos crean una situación de dependencia médica, y la cirugía de reasignación de sexo puede estar cargada de complicaciones que requieren un extenso período de recuperación.

Una solución menos cara, menos invasiva y ciertamente más segura para tratar la disforia de género es propuesta por muchos terapeutas y aún por un número de los mismos transgénero. Esto es, proveer de terapia y ayudar a individuos a aceptar e identificarse con su sexo biológico, en lugar de tratar de alterar su cuerpo quirúrgicamente y químicamente para que se ajuste a una identidad confundida de género.

Sin embargo, activistas transgénero están impulsando a que el ejército no sólo les permita servir, sino también pagar por intervenciones médicas de “afirmación” transgénero caras que pueden causar mayor daño que algo bueno para ellos.

Hecho 5: Excluir a transgéneros del servicio militar no tiene nada que ver con odio, con intolerancia o “transfobia”.

Como en el caso del aborto, muchos ciudadanos norteamericanos fuertemente objetan a ser forzados a pagar procedimientos por elección que consideran que pueden ser dañinos, o que pueden violar sus creencias religiosas, o que van en contra de la realidad biológica.

De hecho, mucha gente es opuesta a políticas de afirmación trans-género, debido a su preocupación por la salud y bienestar de las personas transgénero mismas.

Biología no es intolerancia. Varones y mujeres son fundamentalmente diferentes y por tanto no son intercambiables.

Ninguna intervención quirúrgica o química puede jamás cambiar el hecho de que varones y mujeres son diferentes entre ellos en cada célula de sus cuerpos.

Con respecto al servicio militar, por ejemplo, sólo porque una mujer escoja identificarse como varón, esto no significa que ella automáticamente tenga las mismas capacidades físicas que un varón en situaciones de combate.

Considere una reciente editorial en el diario Los Angeles Times que detalla algunas diferencias biológicas entre varones y mujeres.
El promedio de mujeres poseen sólo el 55 – 58 por ciento de la fuerza física corporal en su parte superior, que el promedio de varones.

Los varones tienen 40 por ciento más capacidad aeróbica y mayor resistencia, comparados con las mujeres.

Los corazones de menor tamaño en las mujeres requieren más sangre para ser bombeada cada minuto a un cierto nivel de esfuerzo porque tienen menos hemoglobina en su sangre para llevar el oxígeno.

Estas diferencias ponen a las mujeres en una desventaja distinta para trabajos de infantería recientemente abiertos, en donde se espera que carguen rutinariamente paquetes de 100-libras, o en trabajos de defensa en donde tendrán que cargar series de 35 libras una y otra vez.

Las mujeres en estos puestos tendrán que trabajar constantemente en un porcentaje mayor a su máxima capacidad para lograr el mismo rendimiento que los varones. Ningún sistema de entrenamiento podrá cerrar este hueco.

Estudios han encontrado que el comportamiento de carga pesada y el entrenamiento de paracaidismo pueden contribuir significativamente a incontinencia urinaria y a prolapso orgánico pélvico en las mujeres.

Las mujeres tienen un 67 por ciento aproximado de mayor tendencia que los varones en recibir licencia por incapacidad física en el ejército, debido a trastornos musculares y esqueléticos.

IMPLICACIONES POLÍTICAS PARA LAS FUERZAS ARMADAS

Sería insensato continuar con una política que:
Permita que la gente con un trastorno mental reconocido y con altas tasas de suicidio y otros asuntos mentales potenciales, sirva en puestos cruciales del servicio militar.

Obliga a todo el personal militar a pretender que los varones son mujeres y que las mujeres son varones, cuando esto no es real.

Obliga a los contribuyentes a financiar procedimientos médicos caros, lo que muchos consideran que son (a) moralmente erróneos, (b) dañinos para el individuo, o (c) no son del mejor interés para nadie, y menos para el ejército.
Requerir que el personal militar afirme el comportamiento transgénero, no contribuye en nada para fortalecer a las fuerzas armadas de EEUU, sólo da avance a una agenda sin rigor científico, dañina e ideológica que puede realmente dañar a la misma gente que está asignada para ayudar.

La misión de las fuerzas armadas de EEUU (o en este caso, de cualquier otro) no es afirmar el género preferido de una persona, más bien, es dar protección a la gente de una nación.